ADAPTACIÓN Y RESILIENCIA DEL SECTOR TURÍSTICO ANTE EL COVID-19- ENTREGA II
Escrito por Riviera Maya Sostenible.
El turismo es uno de los sectores con mayor incidencia en el territorio y en las poblaciones locales. Por ello, está llamado a ser uno de los actores más relevantes en el logro de las metas trazadas al 2030 en los ODS´s de la ONU.
La década 2010-2019 fue para el turismo una década dorada, con un crecimiento promedio anual cercano al 5% a nivel internacional (según cifras de la OMT) y del 10% en el caso de México (según cifras del Banco de México), con cerca de 1 empleo de cada 10 a nivel global, y una participación cercana al 9% del PIB de México.
La crisis que vive el sector es resultado de una pandemia que hasta hoy ha significado la muerte de más de 864,000 personas, y más de 26 millones de casos registrados. Esto ha llevado al mundo a su paralización y a una de las peores crisis económicas de las que se tenga memoria. El sector turístico fue uno de los primeros en sentir el impacto, por el cierre de fronteras y la recomendación de mantenerse en casa.
El turismo es hoy un sector estratégico, con una amplia relevancia económica y una influencia cada vez mayor, lo cual, de cara a los ODS´s, entraña una responsabilidad proporcional respecto de los impactos económicos, ambientales y sociales que resultan de sus actividades.
Las crisis del sector turístico son cíclicas, por temas diversos (ambientales, de seguridad o de salud). La sostenibilidad puede aportar confianza y seguridad, creando sociedades y economías resilientes y prósperas.
Como ya se mencionó anteriormente, Riviera Maya Sostenible elaboró una encuesta sobre sensibilidad y resiliencia turística con el fin de conocer los efectos de la contingencia sanitaria por el COVID-19 en los destinos turísticos según las organizaciones públicas y privadas relativas al sector y, con esto, comprender si se dará una recuperación responsable del mismo desde el punto de vista del desarrollo sostenible.
En esta encuesta en la que participaron personas clave del sector privado y del gobierno vinculados al turismo en distintos destinos de varios países, quedó de manifiesto que la crisis provocada por la pandemia ha generado en el sector turístico un claro convencimiento sobre la conveniencia de diseñar medidas que incrementen su capacidad de adaptación al cambio y su resiliencia ante las consecuencias de la actividad humana, así como una toma de conciencia sobre la falta de medidas claras para el ordenamiento de un desarrollo integral sostenible en los destinos turísticos.
También se observó el despertar de una mayor sensibilidad de los actores turísticos sobre el daño que hemos causado al planeta y las graves consecuencias de ello en su equilibrio natural.
En la anterior publicación, abordamos la primera de las conclusiones. En la presente entrega veremos cómo el coronavirus y los cambios en el comportamiento ambiental durante la pandemia son la advertencia del planeta de que la humanidad debe cambiar.
Los cambios en el comportamiento ambiental.
El cierre de fábricas y comercios junto a las restricciones de viaje impuestas a nivel global se repercutieron en una bajada sustancial en el consumo de combustibles fósiles, lo que ha dado lugar a una reducción en las emisiones de gases que contribuyen al cambio climático en el mundo. Otras manifestaciones positivas para el medio ambiente, tales como la percepción el agua estaba más limpia en playas y lagunas, avistamiento de animales endémicos “reconquistando” los espacios públicos en las ciudades o mejoras drásticas en la calidad del aire, se observaron durante los meses de confinamiento debido al brusco paro de actividades:

Los encuestados también se dieron cuenta de los inesperados beneficios de la pandemia de COVID-19 para el medioambiente, ya que la gran mayoría percibieron un aumento en la calidad ambiental de los destinos donde operan. Cabe destacar en sus respuestas la percepción de la mejora en la calidad de las masas de agua, ya sea en ríos, lagos, cenotes o mares. Como ha sucedido en diversas ciudades del mundo, los destinos de nuestros encuestados también se vieron tomados por los animales que originalmente habitaban en la zona (Figura 1).
Los cambios en el comportamiento ambiental que se han producido en los destinos turísticos son considerados por un 70.8% de los encuestados como un valor agregado para los mismos (Figura2).

Además, casi la totalidad de los que respondieron admitieron que les gustaría poder dar a conocer a la comunidad global esos cambios que aportan valor añadido a sus destinos (Figura 3).

Tanto es así, que estarían dispuestos a modificar su estrategia de promoción de destino enfocándose en destacar ese valor (Figura 4).

Estos datos llevan a plantearse si a partir de ahora estos cambios serán sostenidos en el tiempo o si, por el contrario, el alivio ambiental vivido durante la contingencia solamente será momentáneo.
Sin duda hay optimismo en el sector de mantener en lo posible estas repentinas recuperaciones de la naturaleza. En este sentido, encontramos comentarios positivos entre los encuestados al preguntarles sobre las distintas maneras de contribuir a que se mantengan estos cambios; muchos consideran que sería necesario que sus empresas participasen más activamente en un mejor sistema de gestión de residuos, de agua y, sobre todo en la planeación y operación turística.
Los cambios en el turismo post COVID-19
Se realizó un análisis semántico del nuevo turismo post COVID-19 para tratar de comprender hacia dónde se dirigen las tendencias en el sector y así pronosticar cómo será su comportamiento.
Como se puede observar, entre las inclinaciones de los viajeros predominan las opciones de turismo rural, en lugares privados, aislados y tranquilos, poco explorados o retirados, con actividades al aire libre, como el senderismo o la contemplación, donde conectarse con la naturaleza, y se pueda continuar practicando el distanciamiento social, para encontrarse con uno mismo (Figura 5).

Dada esta tendencia del mercado de preferir experiencias que eviten la interacción con grupos numerosos de personas (más propio de los hoteles todo incluido o los cruceros, entre otros), un 87.5% de los encuestados se ha planteado tomar medidas para adaptarse a estas nuevas exigencias de los visitantes (Figura 6), basadas en un turismo responsable con menor impacto sobre los recursos naturales y los valores culturales de la comunidad local. Considerando la opinión del sector turístico, las empresas que practiquen la sostenibilidad tanto en el medio ambiente como en la comunidad serán las grandes beneficiadas.

Las tendencias del mercado turístico no sólo apuntan hacia la desmasificación de las actividades; se prevé que el turismo de proximidad tendrá una relevancia especial con la reactivación del sector.
Las instituciones encuestadas también consideraron que en el turismo tras la pandemia habrá preferencias del consumo de productos y experiencias turísticos locales frente a viajes de largas distancias. Por esa razón, más de la mitad de los encuestados (64.6%) afirman que sus modelos de negocio sufrirán cambios como estrategia de adaptación (Figura 7).

En este mismo sentido, dentro de las medidas alternativas de negocio propuestas por los encuestados basadas en un turismo responsable destacan fomentar el cuidado de los valores locales y disminuir el volumen de visitantes (Figura 8).

La advertencia de la naturaleza: el despertar de la conciencia
Según Inger Andersen, directora del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) “con la COVID-19, el planeta nos ha enviado un mensaje de advertencia muy fuerte: la humanidad tiene que reinventar su relación con la naturaleza”.
Para ella, la reconstrucción después de esta crisis es una oportunidad real para avanzar hacia un futuro más limpio y verde, porque la salud de los humanos depende de la salud de nuestro entorno natural.
En ese marco, destacamos la gran coincidencia entre los encuestados en que esta crisis puede servir como una oportunidad para construir un sector turístico que preserve la salud de los destinos.

El 100% de los participantes están de acuerdo en que éste ha sido y es un periodo para pensar, reinventarse, reconstruirse e integrar las nuevas tendencias que lleven a un nuevo modelo turístico a pequeña escala enfocado hacia un turismo sostenible:

Los valores que más destacan los actores turísticos de este nuevo enfoque tiene que ver con aspectos tales como un transporte y movilidad más ecológicos; alojamientos menos masificados y confinados; más cercanía al entorno natural; mayor concienciación sobre el consumo y la calidad del agua; conservación y puesta en valor de los recursos culturales, respetando más el entorno social y a la comunidad residente, y fomentando más el consumo local para favorecer la economía local, entre otros.
Destacamos aquí, la conciencia que ha despertado en muchos de los actores sobre una gestión de residuos sólidos más responsable. Las instituciones consideradas para la encuesta reflejan una clara intención de compromiso a adoptar medidas. Un 83.3% demostraron sus inquietudes por el destino final de los Residuos Sólidos Urbanos que se generan con la actividad turística (Figura 11):

Incluso el 81.3% estarían dispuestos a contratar servicios de capacitación para formar a sus empleados en materia de separación y reciclaje de residuos (Figura 12).

En otro frente de batalla, cabe destacar que un 93.8% de las instituciones que participaron en la encuesta ven necesario invertir en sostenibilidad como parte de la respuesta a la crisis del COVID-19 a través del empleo de energías alternativas.

La gran mayoría de las respuestas apostarían por la energía solar como mejor opción, seguida de la energía eólica (Figura 14):

Siempre que se vive una crisis se debate sobre la necesidad de innovar. Para las organizaciones e instituciones consideradas para esta encuesta, la necesidad de innovar para adaptarse al cambio es un requisito indispensable.
Observamos entre las respuestas obtenidas que está naciendo una conciencia que es determinante para hacer frente a los muchos desafíos que se nos plantean para conseguir un turismo que atienda a las premisas de la sostenibilidad. Parece que los encuestados también han reflexionado sobre las graves consecuencias de la acción humana en el equilibrio natural del planeta y han tomado en consideración una llamada de atención para tomar acciones que corrijan el rumbo.
Los cambios positivos se empiezan a notar; que éstos sean permanentes dependerá de nosotros.
RMS. Por un paraíso para siempre y para todos.